Nuestra forma de respirar determina quiénes somos. La respiración habla sobre nuestra relación con el mundo y con nosotros mismos. Es la herramienta más simple y a la vez la más profunda para crear la vida que queremos. Es el puente entre el interior y el exterior. Entre el mundo y nosotros. Entre lo visible y lo invisible. Es la puerta de acceso a nuestro espíritu y a la parte más elevada de nuestro SER.

En nuestra sociedad, hemos olvidado la importancia básica y profunda de nuestra respiración. Este aspecto vital y universalmente compartido de la vida es tan fácilmente dado por sentado y pasado por alto como una función automática, necesaria para la vida y sin embargo de poca consecuencia más allá de esta tarea rutinaria. Y sin embargo, oculto en nuestra respiración podemos encontrar formas de gestionar nuestras emociones, desintoxicar nuestro cuerpo y mente, regular nuestros estados de ánimo, liberar energía estancada y conectarnos con nosotros mismos de la manera más íntima.

Podemos observarnos y experimentarnos desde diferentes perspectivas con el fin de entendernos, reconstruirnos y restaurarnos desde adentro hacia afuera. Somos los únicos capaces de cambiar nuestra realidad y forma de funcionar. Recuperar el poder de nuestra respiración y la conexión con esta parte del ser espiritual común a toda la humanidad es de gran importancia.